
Con perdón de Alejandro Casona, tomo el título de su obra más conocida para el siguiente post a manera de homenaje al árbol que se encuentra (muerto y seco, pero erguido todavía) junto a la cafetería de la escuela.
Tu sombra nos protegió
Del sol inclemente
Y tus ramas nos cubrieron
De lluvias intermitentes
Aves en ti anidaron,
Encontraron su cobijo
Y ardillas se deleitaron
Al ser tu su escondrijo
Hoy nada de eso queda
Tus hojas se fueron ya
De un árbol seco queda
Sólo vacío y soledad.
Pero una lección queda,
La aprendí y ya lo sé
No importando las desgracias
Los árboles mueren de pie
Dokecat’08
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